lunes, 20 de agosto de 2012

Buenos Días

Hoy lunes 20 de Agosto de 2012 una persona joven, en paro, y con las esperanzas agotadas de empezar a trabajar ha decido crear un blog. ¿Por qué? Pues porque su hermana se lo recomendó, su aburrimiento ya ha alcanzado un nivel demasiado alto, o porque no dan nada en la tele. No lo sé. Pero el hecho es que hoy hay un blog que se estrena. Un blog que no sabe si volverá a ser actualizado. Un mar de dudas en la red. La intención principal, obviamente, es ser actualizado. Pero ya sabemos que una cosa es la intención y otra cosa es el hecho. Otra intención es llenar el blog de Historias Kosmikas (y sí, también de faltas de ortografía). 

Para los que no conozcáis (ahora mismo nadie) a la persona que subscribe os tendré que explicar que es eso de las Historias Kosmikas. Historias Kosmikas son esas historias que pasan en la vida, o se imaginan, o se sueñan, que son un poco subrealistas. Esas historias que les pasan a personas que por desgracia están en esta sociedad y actualmente tienen ganas de cagarse en todo. Esas historias de personas paranoides, con personalidad o sin ella, personas actuales, con problemas o sin ellos, esas historias... que son historias y que he querido nombrarlas "Kosmikas" porque me ha dado la gana. 

 Hoy os he querido dar los Buenos Días aunque mi despertar no apuntaba a tener un buen día. Para entenderlo tendremos que retroceder al sábado. El sábado 18 de agosto de 2012 se anunciaba el inicio de una ola de calor como las que hacia años que no habían. Y pese a que los hombres del tiempo siempre se equivocan, esta vez no. Así que decidimos huir de la costa y adentrarnos al interior donde eso de la brisa marina no se conoce, y las temperaturas oscilan los 40 grados, para asistir a un concierto. "Segismundo Toxicomano" (http://www.myspace.com/segismundotoxicomano) se llamaban los cabeza de cartel. Pese a mi falta de presupuesto crónica, decidimos amenizar la espera tomando cervezas. El bochorno cada vez era más fuerte, cada vez más calor, y nosotros cada vez con más cervezas en el cuerpo. Con cerveza al final te olvidas de todo, solo quieres pasarlo bien, se te va la cabeza y empiezas a calentársela al que tienes al lado, pero bueno eso ahora no viene a cuento. 

 Por fin, después de unas horas largas de espera escuchando a unos chavalitos que para ser tan jóvenes y pese a que el punk-harcore nunca me ha gustado se ha reconocer que apuntaban maneras, empezó el grupo que estábamos esperando. Dos horas de saltar, gritar, y beber sin parar. Dos horas en las que me olvidé de que había subido la media de edad del recinto, de que mi vida era una mierda, de la ola de calor africano y de todo. ¡Que grandes! ¡Qué capacidad de hacer descargar adrenalina a su público! Cuando acabaron solo pensaba en que me daba pena que los músicos estuvieran tocando y no disfrutando del espectáculo que montaban. Pero llegó la hora de retirar. No se exactamente que hora era. Así que pese a que habíamos bebido demasiado y que por el camino nos esperaban varías rotondas, puntos prediléctos para situar los controles de alcoholemia, decidimos ir a casa.

 Dormíamos en casa de mis padres. A unos 30 kilómetros del pueblo donde habíamos pasado la noche. Conseguimos llegar sin incidencias. Pero la calor cada vez era más fuerte y sumado a los efectos secundarios del alcohol, conseguir conciliar el sueño era una tarea difícil de emprender. Me dormí pensando que no me levantaría de la cama hasta mínimo las dos de la tarde. Gracias a no trabajar no estoy acostumbrada a madrugar, mínimo duermo diez horas. Y menos madrugaré si me he acostado a la hora que las calles ya están puestas y me he gastado mi presupuesto del mes en cervezas. 

 Pero no. Once de la mañana. Siento lo que para mi son gritos en casa. Pienso: "no puede ser...". Mi pareja ya se ha levantado y esta de cháchara con mi madre. ¿Por qué? o mejor ¿¡Por qué!?. Si fue dura la tarea de dormirse, más dura es la tarea de levantarse. Resaca de tres pares de narices y encima tenerla que disimular frente a la familia porque te tienen por una persona responsable que esas cosas no las hace. Así que con el termómetro marcando más de 40 grados y con toda la resaca compórtate y te levantas. ¿Os ha pasado verdad? Son esos días que recuerdas que la última vez dijiste: "No voy a beber nunca más". Esa frase que se olvida cuando consigues deshacerte de la resaca y solo recuerdas lo bien que lo pasaste, y vuelve a tu cabeza con ecos el día que decides romper con tu promesa.

 Pues nada. Tareas en casa, comida familiar y timba de poker. A ha aguantar. "Hija, ¿quieres un Martini?", "He preparado sangría para comer", "¿Un chupito de postre?". ¡No! ¡Nunca más! Y luego es cuando reflexionas y piensas que eso de beber es tradición familiar. Es lo que tienen las familias, cuando se reunen beben. Tengo una teoría respecto a esto, pero la voy a dejar para próximas publicaciones, porque si no ya me voy demasiado del tema. 

Cuando conseguimos salir de casa de mis padres tomamos carretera en coche sin aire acondicionado, con sueño acumulado y con la cabeza y el estómago a punto de reventar. Noventa kilómetros de ruta. 

¡Por fin! ¡Me voy a la cama! Esa sensación de tumbarte y notar que tu camita es una nube no tiene precio. Pero el problema viene cuando a las ocho de la mañana, en pleno sueño profundo, un vecino psicópata decide arrancar el lunes a golpe de taladro. Es como si te taladrara la cabeza directamente. "El taladro te lo metería yo por el culo" piensas mientras rebuscas por tu mesita una caja de ibuprofeno. Feliz lunes. Buen inicio de semana. ¿Quieres decir? Si empezamos el lunes de esta manera, no quiero pensar como acabaremos el domingo. Así que espero que vuestro amanecer haya sido mejor que el mio y por eso os quiero desear unos Buenos Días.

4 comentarios:

  1. Patryyyyyyyyy!!!!!! Me a molado mucho!!!! Engancha! Es fácil de leer, incluso me he quedado con ganas de saber como ha ido el desayuno del lunes!!!!! Jajajajajajaja muy bueno!

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  2. Gracias Elo!! jajajajaj!! Para que no te quedes con las ganas... solo decirte que el desayuno ha ido normalito... no ha sido un gran desayuno... pero para como me han ido las cosas ha estado bien!

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  3. Ameno, divertido y refrescante. ¡¡¡Me ha encantado!!!

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  4. ¡Grácias! ¡Es un honor que una escritora me diga esto!

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